Me pasa justo lo
contrario que al niño de El Sexto Sentido. En ocasiones... veo vivos. ¿Vivos? Ay…
¿Y por dónde me va a salir ahora ésta?
Ayer, a uno de mis vivos favoritos se le
acabó la mecha y explotó. ¡Y menuda explosión! Parecía que estábamos en Fallas:
¡Pim!, ¡Pam!, ¡Pum! (no sé, no he estado nunca pero creo que debe ser algo así).
Sirvan estas letras para decirle: ¡Ole, Ole y Ole! ¡Qué ya está bien de tanta tontería! y que ánimo, que lo hiciste muy bien. Tan bien que me ha dado tema para escribir un
post en vez de estar estudiando, que es lo que tendría que hacer…
Vamos al lío:
A veces te paras, miras a tu alrededor y jurarías
que estás en la peor parte (o en la mejor, si eres de los que les gustan los
zombies) de un episodio de “The Walking Dead”.
Todo lo que te rodea se mueve (aquí se puede
poner arrastra, si te gusta más) por inercia, porque se tiene que mover, porque
es así como funciona. Te guste o no. Y tú no tienes más remedio que formar parte de eso, lo compartas
o no.
Vas dejando pasar los días y es como si estuvieras
en un tiovivo, a lomos de uno de esos caballitos que suben y bajan, aburridos como una mala cosa, cuando lo que querrías es estar es subido en el camión de bomberos dándole sin
parar a la campana y haciendo sonar la sirena. Pero resulta que el camión de bomberos está ocupado por un
niño que ni se mira la campana y menos la sirena (esas que querrías tocar tú).
Pero te tienes que joder, a ti te ha tocado el caballito. (Pido perdón por la palabra caballito).
Tú no escoges, te
has de quedar con lo que está libre. Así que pa’ arriba… pa’ abajo… pa’ arriba…
pa’ abajo… y no se te ocurra quejarte porque te dirán que al menos tienes caballito
y no has de estar de pie (o en una de esas ollas que giran sin parar hasta que te
pones bien malo).
Bueno, que me desvío de la cuestión... A
lo que iba: Que entre tantos muertos vivientes, descerebrados y demás
personajes por el estilo que giran contigo en el tiovivo, en ocasiones, las
menos, pueden verse vivos.
¿Y qué es un vivo? Un vivo es una persona que
todavía hace las cosas con ilusión: Es quien se lía como la pata de un romano
para intentar que las bajas durante la batalla sean las menos posibles, a
pesar de que muchos se merezcan un buen tiro de sal en el culo y no una recompensa. Es quien se
agarra unos sofocones del 15 cuando ve cosas que no son justas o que no le
gustan. Quien hace que las cosas difíciles sean un poco más fáciles y, a veces,
incluso consigue hacerlas divertidas. Quien dice un montón de tonterías, tiene un gesto
de ánimo o una palabra cuando ve que otros vivos están a punto de rendirse y les falta ná para pasarse al bando de los zombies.
En definitiva, un vivo es quien se
esfuerza por que sí, porque el cuerpo se lo pide, porque no sabe hacerlo de
otra manera y porque le gusta. Aunque a veces sea difícil, muy difícil.
Aunque reconozco que últimamente no estoy
muy por la labor, me considero una viva y, como tal, una de mis tareas es
animar y dar apoyo al resto de vivos que se cruzan en mi camino y que hacen que
éste sea más fácil.
A vuestra salud, vivos del mundo!!!